Amante desatado by J. R. Ward

Amante desatado by J. R. Ward

autor:J. R. Ward
La lengua: es
Format: mobi, epub
Tags: Erótico, Romántico, Fantástico
editor: eBook's Xibalba
publicado: 2013-09-25T07:00:00+00:00


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Cuando John vio aparecer al lesser de ninguna parte, no se pudo mover. Nunca antes había sufrido un accidente de coche, pero tuvo el presentimiento de que así es como eran. Ibas de camino y de repente todo lo que estabas pensando antes de la intersección se dejaba a un lado, reemplazado por una colisión que se convertía en tu primera y única prioridad.

Maldición, realmente olían como talco para bebés.

Y afortunadamente, este no tenía cabello pálido, por lo que era un nuevo recluta. Lo que podía ser la única razón por la que él y sus compañeros podrían salir vivos de esto.

Qhuinn y Blay se pusieron delante de John, bloqueando el camino. Pero entonces un segundo lesser salió de las sombras, una pieza de ajedrez colocada en posición por una mano invisible. También tenía cabello oscuro.

Dios, eran grandes.

El primero miró a John.

—Es mejor que te vayas corriendo, hijo. Este no es lugar para ti.

Joder, no sabían que era un pretrans. Pensaban que era un simple humano.

—Sí —dijo Qhuinn, empujando el hombro de John—. Ya tienes tu cartera. Ahora sal de aquí, capullo.

Salvo que no podía dejar a sus…

—He dicho que te largues de una jodida vez. —Qhuinn le dio un fuerte empujón y John se tropezó contra un montón de rollos de papel alquitranado tan grandes como sofás.

Mierda, si escapaba sería un cobarde. Pero si se quedaba, sería peor que una ayuda. Odiándose, se largó a toda velocidad, dirigiéndose directamente al ZeroSum. Como un idiota, se había dejado la mochila en casa de Blay, por lo que no podía llamar a casa. Y no era como si él pudiera perder el tiempo buscando a uno de los hermanos, en el remoto caso de que estuvieran cazando en las cercanías. Sólo podía pensar en una persona que los pudiera ayudar.

En la entrada del club, se dirigió directamente al gorila a la cabeza de la cola.

Xhex. Tengo que ver a Xhex. Déjame…

—¿Qué demonios estás haciendo, chico? —dijo el gorila.

John esbozó la palabra Xhex con la boca, una y otra vez mientras hablaba por señas.

—Vale, me estás cabreando. —El gorila se echó sobre John—. Lárgate de una condenada vez, o sino llamaré a tu papi y tu mami.

Las risas disimuladas de la cola provocaron que John se desesperara aún más.

¡Por favor! Necesito ver a Xhex…

John escuchó un sonido distante, que o era un coche acelerando bruscamente o un grito, y cuando se dio la vuelta hacia él, el ligero peso de la Glock de Blay golpeó contra su muslo.

No tenía teléfono desde el que mandar un mensaje. Ninguna manera de comunicarse.

Pero tenía un paquete de seis balas en el bolsillo trasero.

John corrió de vuelta al lugar, esquivando coches aparcados en paralelo, respirando con fuerza, las piernas volando lo más rápido que podían. La cabeza le martilleaba, y el esfuerzo hacía que el dolor fuera tan fuerte que sintió náuseas. Dobló la esquina, patinando en la gravilla suelta.

¡Joder! Blay estaba en el suelo con un lesser sentado sobre su pecho, y los dos estaban luchando por el control de lo que parecía ser una navaja automática.



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